El presidente del directorio del gremio, Víctor Tavera, asegura que la larga discusión de esta iniciativa ha permitido consensos en el tiempo y que está en condiciones de ser abordada este año. Y recalca: “No existirá una transición energética si no existe una reforma de la distribución”.
Las empresas eléctricas buscan realzar la urgencia de realizar una reforma profunda a la distribución. Esto, considerando que el Ministerio de Energía tendrá estas semanas estivales las últimas conversaciones para sincerar en marzo la reforma que pondrá en el debate legislativo en medio de otras dos que están en carrera, según ha delineado la misma cartera.
En entrevista con DF, el presidente de Empresas Eléctricas, Víctor Tavera, comparte las declaraciones del ministro de Energía, Diego Pardow, en el sentido de que el compromiso de la transición energética que tiene el país exige generar las condiciones necesarias para que las redes de distribución cumplan con los objetivos de descarbonización. En esa línea, el también gerente general de Enel Distribución cree que hay dos objetivos que hacen que esta reforma sea urgente: el generar un plan de inversiones de mediano-largo plazo que permita tener redes cada vez más resilientes y el cumplir las expectativas de mejor calidad de suministro que tienen los clientes.
Desde la perspectiva del gremio que reúne a las principales compañías de distribución de electricidad del país, la reforma debe permitir al menos cuatro grandes cambios. Primero, un nuevo modelo de distribución eléctrica que recoja de mejor manera la realidad de la operación de las distribuidoras y genere los incentivos regulatorios correctos, para el beneficio de los clientes y la sociedad. “Ese nuevo modelo debe permitir que el país desarrolle un plan de inversiones de mediano y largo plazo para contar con redes eléctricas más robustas, modernas y resilientes”, plantean.
Segundo, instalan el acceso a una mejor calidad de servicio por parte de las familias chilenas, en un escenario de mayor electrificación de los consumos en los hogares, como la calefacción; y en el transporte, a través de la electromovilidad. Tercero, generar las condiciones para el desarrollo masivo de los recursos distribuidos en la red, viabilizando el crecimiento de la generación distribuida y el almacenamiento. Y, finalmente, habilitar un mecanismo de apoyo estructural y permanente a las familias más vulnerables, a través de un subsidio del Estado.
– Plantean una reforma que han calificado como “profunda”. ¿Cómo se puede materializar, considerando que los tiempos legislativos y la discusión es compleja?
– Esta es una reforma que no parte de cero, ha tenido mucha discusión previa, tanto por el lado del Ejecutivo como de las empresas. Hay del orden de cuatro pilares que consideramos que son parte de esta reforma, que deben ser abordados y donde creemos que hay consenso, lo que hace que efectivamente esto vaya a poder realizarse con mayor agilidad.
– En cuanto al subsidio, ¿hay alguna propuesta específica?
– Fue una muy buena señal la última ley de subsidio para las cuentas de aquellos clientes que tienen consumos menores a 250 kilowatt hora que entregó un subsidio del gobierno a los clientes para las deudas que se produjeron entre el 18 de marzo de 2020 y el 31 de diciembre de 2021. Se ha avanzado. Hay distintas alternativas de estructura, pero claramente todavía falta un pasito más y creemos que en esta reforma se podría abordar. Nosotros estamos disponibles. Queda todavía trabajo por realizar para poder tener una propuesta que tenga el consenso, pero hay acuerdo en la industria en general de hacerlo.
– Se podría ampliar el segmento de personas beneficiadas. ¿Hacia dónde iría?
– La mejor información para entender quién tiene que ser beneficiario de un subsidio permanente y estructural claramente la tiene el Ejecutivo. Eso es lo que creemos como industria. Hay experiencias tanto internacionales como nacionales que creemos que son exitosas. Ahora, ¿a quién va determinado? Hay mucha más información y confiamos mucho en el criterio que va a tener el Ejecutivo para definir algo de ese estilo y puede ser parte claramente de esta reforma a la distribución.
– ¿Cuánto debiese desembolsar la industria en todos esos cambios?
– No hay un análisis de detalle en este instante. Eso claramente lo podremos determinar una vez que tengamos el marco de lo que va a ser la reforma, pero sí estamos convencidos que tenemos que partir de lo más rápido posible. Esto se requiere de inmediato. Este tipo de fenómeno lo vivimos en el mundo de las renovables. Fue un fenómeno que se aceleró claramente. La industria mundial crece de manera importante, se hacen fábricas más grandes, lo mismo probablemente ocurrirá con la electromovilidad. Y el cliente también será cada vez más activo. Los recursos distribuidos se inyectarán a la red, se compartirán, habrá almacenamiento. Es decir, vemos un futuro bastante distinto, pero tenemos que tomar decisiones ahora y por eso es la urgencia y necesidad de tener esta reforma.
– De estos cuatro pilares, ¿hay alguno que sea más prioritario para comenzar? El gobierno anterior decidió comenzar con la portabilidad eléctrica y no prosperó.
– Esa portabilidad eléctrica creo que no tenía el consenso necesario y por eso no se avanzó. Creemos que ahora el robustecer las redes, hacer redes más resilientes, tener un plan de inversiones de mediano y largo plazo de manera de mejorar calidad de suministro y permitir que exista transición energética, porque al final es el factor habilitante, creemos que es una necesidad. Nosotros estamos convencidos y compartimos también lo que dijo la senadora y presidenta de la comisión de Minería y Energía, Loreto Carvajal, donde ella decía que claramente esto es una obligación país. ¿Por qué? Porque no va a existir una transición energética si no existe una reforma de la distribución.
– Lo que se planteaba en el tema de portabilidad, ¿debiese ser desechado o de alguna manera es una discusión que igual hay que darla en algún minuto más allá que no genere consenso?
– Siempre hemos planteado como industria que la comercialización y portabilidad es algo que tiene que llegar. Ahora, cuál es el momento, cuándo están dadas las mejores condiciones para que efectivamente se realice una comercialización, es algo que tiene que ser analizado por el Ejecutivo. Pareciera ser que las condiciones actuales, luego de la guerra entre Ucrania y Rusia, y todo el aprendizaje que se ha tenido de nivel internacional, se debería internalizar. Y parece ser que las condiciones hoy son diferentes de las de años anteriores, no son las mejores condiciones, pero la industria está obviamente abierta a discutir al respecto. Donde hay consenso claro es en la necesidad de la penetración de pequeños recursos distribuidos y obviamente en el fortalecimiento de las redes, tanto para hacer frente al cambio climático como para habilitar el futuro, electromovilidad y electrificación.
– Y en cuanto a la técnica legislativa, ¿creen que esto se puede canalizar a través de un gran proyecto de ley o se debe dividir la iniciativa como lo hizo el gobierno anterior?
– Creemos que es una gran reforma profunda, pero también, como no se parte de cero y hay mucho avanzado, tenemos mucha confianza de que hay consenso en la industria y en muchos stakeholders de que efectivamente se tiene que realizar.
Medición inteligente
– Otro tema que fue abordado y que ha quedado pendiente es la medición inteligente. ¿Considera que se tiene que relanzar en algún minuto o no al menos en el marco de esta reforma?
– La reforma actual tiene a nuestro juicio los cuatro focos que he comentado. La medición inteligente ya tiene una normativa que dice que hoy hay voluntariedad. La medición inteligente se va a producir solamente si hay consentimiento por parte del cliente, que el cliente lo quiera. Hay normativa que regula cómo funciona la medición inteligente. Un segundo tema es que creemos que los clientes se van a empezar a sumar a la medición inteligente a medida que vayan viendo los beneficios que esta tiene para cada uno de ellos, para cada una de las familias. Por lo tanto, no creemos que deba ser parte de la reforma. Ya existe una normativa y seguirán sumándose los clientes a medida que vean los beneficios de esto.
– Pero no sirve mucho si hay un par de casas en una manzana con estos medidores y otras no lo tienen. Amerita un alcance importante.
– Pero lo que quedó claro en Chile es que las personas tienen que querer ese medidor, tienen que pedirlo y solicitarlo. Y será un desafío de nosotros como distribuidoras el de encantar a los clientes y demostrarles cuáles son los beneficios de tener esta tecnología. Por lo tanto, creo que con las reglas que tenemos hoy, se puede lograr y es un desafío nuestro, pero evidentemente hay que mostrar cuáles son esos beneficios.
– Y si es un cambio que se va a tener que dar en algún momento, quizá no ahora ni en el marco de la reforma, ¿es algo que tienen que ir pensando para lograr convencer?
– Cada compañía está trabajando en su respectivo plan al respecto. ¿Cuál es el momento o cuál es el timing? Esto es algo que está decidiendo cada una de las compañías en el marco de la normativa actual. Ahora, ¿debe ser parte de la reforma? No, porque ya existe normativa al respecto. ¿Es algo que se tiene que tratar? Creemos que sí, porque hay que ir a encantar a los clientes con la medición inteligente, que tiene muchos beneficios claramente. El tema es que hay que ponerlo en valor, tenemos que explicarlo de manera correcta, comunicarlo correctamente.
– Eso se hace individualmente a nivel de cada empresa. ¿No se hará algo como industria?
– No lo hemos definido todavía.
Fuente: Diario Financiero