“El actual proyecto de ley de transmisión se hace cargo de una gran cantidad de desafíos que se venían diagnosticando incluso con anterioridad a la Agenda Energética”.
Así lo cree Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas, gremio que reúne a las principales empresas de distribución y transmisión del país. El representante gremial es optimista ante las políticas públicas en materia energética que está impulsando el gobierno. Especialmente, frente al proyecto de ley de transmisión eléctrica que ya está en el Congreso.
“El sistema de transmisión en Chile era uno de los grandes cuellos de botella para el desarrollo del sistema eléctrico. Pero al mismo tiempo se sabía que, con una mejor regulación y con un mejor diseño y planificación, podría transformarse en una oportunidad para generar mejores condiciones competitivas y, al mismo tiempo, permitir una calidad de servicio más robusta y más confiable. Todo lo cual debería redundar en mejores precios para los clientes”.
-A su juicio, ¿cuáles son los objetivos más importantes del proyecto?
“Básicamente, lo que hace el proyecto de ley es modificar dos grandes conceptos. El primero de ellos es que hasta hoy día la transmisión había sido una especie de pariente pobre de la generacion. Iba corriendo detrás de la generación y, por lo tanto, normalmente terminaba llegando tarde. Pasaba que cuando se terminaba de construir una línea de transmisión ya había quedado subdimensionada. El proyecto de ley cambia esto y basicamente establece horizontes de planificación de mucho mayor plazo. Hoy día planificamos la transmisión a 10 años, lo cual en el mundo energético es un período demasiado breve. El proyecto de ley hace que la mirada sea de muy largo plazo, de 40 años, y que la planificación propiamente tal sea en un horizonte de 20 años. Esto permite adelantarse a los requerimientos futuros. El segundo cambio paradigmático tiene que ver con la forma de remunerar la transmisión. Hasta hoy la transmisión era remunerada principalmente por las empresas generadoras, lo cual obligaba a que el sistema de transmisión fuera muy restrictivo porque como se cobraba a quien la iba a ocupar en el momento en que la iba a ocupar, no se podía pensar en forma holgada mirando el mayor plazo. Esto terminaba implicando sobrecostos en la generación. Considerando que en una cuenta normal la generación representa alrededor del 60% y la transmisión del orden del 3% de la cuenta, sucedía que por ahorrar algo en el 3% terminábamos encareciendo mucho el 60%. Por lo tanto, este cambio en los criterios de remuneración debería redundar en muchos menores costos”.
-También se incorpora un nuevo actor al sistema, un coordinador independiente…
“El proyecto modifica la institucionalidad del operador del sistema, básicamente variando hacia un operador independiente con una institucionalidad bastante más adecuada a los tiempos que la que teníamos hasta el día de hoy, que era particularmente extraña. Porque los actuales CDEC no tienen personalidad jurídica propia y funcionan al alero de empresas de responsabilidad limitada. La verdad es que era un fenómeno que se mantuvo por mucho tiempo, que probablemente cuando se inició tenía algún sentido. Pero obviamente hoy los desafíos de la modernidad de nuestro sistema, la necesidad de mayor flexibilidad y la interconexión de ambos sistemas hace muy aconsejable que se haya tomado esta decisión”.
-¿Esta nueva institucionalidad tiene algun parangón a nivel internacional?
“Sí, yo diría que se parece bastante a lo que se denomina operador independiente del sistema, que es una figura que existe en muchos países. Las dos grandes variantes de esta fórmula es que, en algunos casos, el operador solo administra el despacho y no opera las redes. Y en algunos otros casos administra el sistema y opera las redes. Yo diría que existe un consenso bastante amplio de que en el caso de Chile y para nuestra estructura de mercado el ideal era el que se escogió: un operador del sistema que no necesariamente es propietario ni administrador de las redes”.
-Es de imaginar que ustedes también participaron en la elaboración del proyecto…
“El trabajo que hizo el gobierno fue muy transversal a través de talleres, mesas de trabajo… Por lo tanto, nosotros, como todo el mundo, tuvimos la oportunidad de plantear nuestros puntos de vista. Reconocemos como un muy buen trabajo el que se ha hecho con motivo de la discusión de esta ley de transmisión. Hay que destacar que hoy estamos viviendo uno de los cambios más paradigmáticos de la historia en el sector energético chileno”.
-¿Cual es su opinión con respecto a la incorporación de nuevos actores en transmisión?
“Creemos que uno de los grandes alicientes que ha tenido la regulación en Chile ha sido justamente generar condiciones de competitividad. Mientras mayor transparencia y mayor cantidad de actores haya en una industria es siempre mejor para la industria y para los consumidores. De hecho, en nuestro gremio todos los nuevos actores que han solicitado ser incorporados los hemos recibido con los brazos abiertos. Hoy día representamos prácticamente a la totalidad de los actores”.
-El ministro Máximo Pacheco ha destacado que el nivel de inversión en proyectos energéticos supera a la minería en Chile, ¿eso se va a mantener durante el año 2016?
“Sí, hoy el sector eléctrico es el principal receptor de inversiones. Eso es una realidad. Para el año 2016 la inversión se ve auspiciosa, tanto en transmisión como en distribución y generación. Estamos viendo una enorme cantidad de proyectos. Esto es un círculo virtuoso, porque mientras mas proyectos de generación existan más proyectos de transmisión se requieren para hacerse cargo de estos proyectos. Eso nos hace pensar que el sector eléctrico va a seguir liderando las inversiones en Chile por muchos años”.